Estados Unidos y el Reino Unido expresaron una vez más su preocupación por una gran acumulación de tropas rusas cerca de la frontera con Ucrania a medida que crecen las preocupaciones sobre el final del juego del Kremlin.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo el 17 de noviembre que los movimientos de tropas rusas «ciertamente tienen nuestra atención» e instó a Rusia a ser «más transparente» sobre sus intenciones.
Más temprano en el día, el primer ministro británico, Boris Johnson, advirtió a un panel de legisladores de alto rango que sería un «trágico error» que el Kremlin emprenda un «aventurerismo militar».
El Ministerio de Defensa de Ucrania dijo a principios de este mes que hasta 90.000 soldados rusos permanecían cerca de su frontera al norte, a pesar del fin de los ejercicios militares. Eso ha aumentado la preocupación por una posible agresión rusa contra Ucrania y llevó al Reino Unido a anunciar que enviaría 600 soldados al país.
Mientras tanto, Estados Unidos ha intensificado las visitas navales al Mar Negro, lo que ha provocado la ira del Kremlin.
Rusia tiene una historia de agresión hacia Ucrania. El Kremlin anexó por la fuerza su península de Crimea en el Mar Negro en 2014 y respaldó a los separatistas en dos de sus provincias orientales, desencadenando un conflicto que continúa hirviendo a fuego lento hasta el día de hoy.
Por separado, Estados Unidos y Turquía, miembro de la OTAN, celebraron una reunión del grupo de defensa de alto nivel en el Pentágono el 16 de noviembre para discutir una serie de temas, incluidas las tensiones en el Mar Negro.
Turquía es uno de los tres miembros de la OTAN, junto con Rumania y Bulgaria, que limita con el Mar Negro.
Se espera que el ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov, esté en Washington a finales de esta semana.
Colaboración RFE/RL