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Crece la polémica en Bolivia por la obligatoriedad de presentar un carnet de vacunación contra COVID-19 mientras los contagios se incrementan y se acelera el ritmo de inmunizaciones.

Largas filas en los puestos de vacunación y una alta demanda de atención a pacientes con COVID-19 en los hospitales marcan nuevamente un panorama de preocupación en Bolivia, donde se contabilizan más de 7.000 contagios diarios, su mayor número en el Departamento de Santa Cruz.

Sin embargo a pesar del “incremento inusitado” de casos positivos, el ministro de Salud, Jeyson Auza, aseguró que la tasa de letalidad, o sea la cantidad de infectados que mueren por la enfermedad, ha bajado al 0,8%.

“A pesar de tener el récord histórico, la mayor cantidad de casos en relación a toda la historia de la pandemia en Bolivia, hemos presentado también la tasa de letalidad más baja hasta el momento”, dijo el ministro.

Lo que genera mayor polémica es la obligatoriedad de presentar un carnet de vacunación o prueba PCR para acceder a lugares públicos y privados, una medida dispuesta por el Gobierno del presidente Luis Arce desde el 1 de enero.

Varios sectores en todo el país han expresado en los últimos días su rechazo a la disposición, argumentando que atenta contra las libertades constitucionales.

Organizaciones sociales de la ciudad de El Alto, además del magisterio rural del Departamento de La Paz, amenazaron con movilizaciones y pidieron la renuncia del ministro de Salud.

Reporte Alianza VOA

miércoles enero 5, 2022