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Un aliado del opositor ruso asesinado en prisión Aleksei Navalny, Leonid Volkov, fue atacado con un martillo cerca de su casa en, Vilna, Lituania, el 12 de marzo.
Volkov fue jefe de la Fundación Anticorrupción Aleksei Navalny.
Según la secretaria de prensa de Navalny, Kira Yarmysh, alguien “rompió la ventanilla de un coche y le roció gas lacrimógeno en los ojos, tras lo cual el atacante empezó a golpear a Leonid con un martillo”.
Volkov está ahora en casa, esperando que lleguen una ambulancia y la policía, informó Kira.
Los aliados de Navalny se encuentran en el exterior debido a las amenazas constantes que reciben de las autoridades rusas.
Según el periodista Sergey Parkhomenko, citado por el medio independiente Meduza, Volkov vive en un pequeño pueblo fuera de Vilna, la capital de Lituania.
“Eso significa que no se trataba de un matón callejero cualquiera ni de un ladrón. Esta es una persona que fue allí específicamente para atacar a Volkov”, escribió Parkhomenko en Telegram.
Una ambulancia llevó a Volkov al hospital, donde le diagnosticaron una fractura en el brazo y lo enviaron a casa (tampoco puede caminar, pero no tiene una pierna rota), reportó Current Time.
Unas horas antes del ataque, Volkov dijo en una entrevista con el medio Meduza que el riesgo clave es “que nos maten a todos”, y por eso el equipo de Navalny está revisando los protocolos de seguridad, reportó el canal ruso Current Time.
El Ministro de Asuntos Exteriores lituano, Gabrielius Landsbergis, dijo que la noticia del ataque le conmocionó y que los responsables tendrían que responder
Navalny murió, según el servicio penitenciario ruso, el 16 de febrero después de dar un paseo en la prisión «Lobo Polar».
Los aliados de Navalny y gobiernos occidentales han denunciado que el opositor fue asesinado.
La viuda de Navalny, Yulia, y sus asociados han convocado una acción de protesta el día de las elecciones rusas que se celebrará del 15 al 17 de marzo.
Llamada «Medio Día contra Putin», el equipo de Navalny ha pedido a los rusos que acudan masivamente a los centros de votación el 17 de marzo y voten por cualquier candidato, excepto Putin. Pueden arruinar la papeleta de votación o escribir en ella en grande: «Navalny».
Las elecciones bajo Putin nunca se han llevado a cabo de manera justa, dicen grupos de monitoreo y críticos del Kremlin, y el Estado controla los recursos desde la policía y los tribunales hasta las comisiones electorales, los medios estatales y los gobiernos locales. Pero la campaña actual, que se lleva a cabo en medio de la invasión rusa de Ucrania y una represión de años contra la disidencia que ha marginado completamente a la oposición, es ampliamente vista como la votación nacional menos competitiva en los casi 25 años que ha tenido Vladimir Putin como presidente o primer ministro.
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