El líder ruso se quejó de que culpar a Rusia de diversos problemas alrededor del mundo se ha vuelto un deporte. Y sostuvo que si alguien confunde su paciencia con debilidad, se arriesga a recibir una respuesta «asimétrica y dura».
El presidente ruso Vladimir Putin advirtió a sus rivales extranjeros contra la provocación o la prueba de fuerza de la nación, insistiendo en que la respuesta de Rusia sería «asimétrica, rápida y dura».
Los comentarios se produjeron el miércoles durante su discurso anual sobre el estado de la Federación, pronunciado ante altos funcionarios y ambas cámaras del Parlamento, y Putin también dijo que Rusia se esfuerza por mantener buenas relaciones con otros países. Ofreció una invitación a las naciones para «discutir temas relacionados con las armas estratégicas y asegurar la estabilidad global».
Putin continuó sugiriendo que en algunos países, sin embargo, se ha vuelto costumbre «culpar a Rusia por cualquier cosa, como si fuera algún tipo de deporte«. Aseguró que Rusia ha sido moderada y no ha respondido a esta «hostilidad o grosería absoluta».
Sin embargo, continuó diciendo que si alguien tomara las buenas intenciones de Rusia por indiferencia o debilidad, «y está dispuesto a quemar o incluso volar puentes», debería saber que «la respuesta de Rusia será asimétrica, rápida y dura».
El jefe de Estado ruso agregó: «Espero que nadie piense en cruzar la línea roja con Rusia. Y dónde estará esta línea, en cada caso particular, lo determinaremos nosotros mismos».
La dura conversación se produce una semana después de que Estados Unidos emitiera nuevas sanciones económicas y diplomáticas contra Rusia por sus esfuerzos por interferir en las elecciones estadounidenses y sus ciberataques a empresas e instituciones estadounidenses.
Gran parte del resto del discurso de Putin trató de cuestiones internas, en particular su manejo de la pandemia de COVID-19 y los esfuerzos para ayudar a su débil economía a recuperarse del daño que ha ocasionado el virus.
Reporte Alianza VOA