El Papa y el presidente ruso. Foto: Archivo Reuters
Por segunda vez en pocos días, el Vaticano comentó la declaración del Papa Francisco sobre la necesidad de que Ucrania reconozca su posición más débil en la guerra con Rusia y «levante la bandera blanca». El Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, afirmó que para iniciar las negociaciones es el «agresor», es decir, Rusia, quien primero debe poner fin a las hostilidades, pero ambas partes están obligadas a negociar.
«Es evidente que la creación de tales condiciones no es responsabilidad de una de las partes, sino de ambas, y la primera condición, en mi opinión, es el cese de la agresión misma. Los agresores deben primero cesar el fuego y luego iniciar negociaciones», dijo el Secretario de Estado del Vaticano en una entrevista con el medio Corriere Della.
Pietro Parolin sostiene que el Papa quiso decir que las negociaciones no son un signo de debilidad, sino de fuerza.
Un día antes, el 10 de marzo, el jefe del servicio de prensa vaticano, Matteo Bruni , explicó que con sus palabras sobre Ucrania, el Papa Francisco pretendía «llamar a un alto el fuego y recuperar el coraje de las negociaciones», pero no se refería a una capitulación.
Los líderes de muchos países y organizaciones internacionales expresaron su apoyo a Ucrania después de que el Papa Francisco, en una entrevista para la emisora suiza de radio y televisión RSI, en el contexto de la guerra de la Federación Rusa contra Ucrania, llamara a Ucrania a negociar y también hablara de la valentía de izar la «bandera blanca».
En particular, el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, sugirió que el Papa «pida al presidente de Rusia, Vladimir Putin , que retire sus tropas de Ucrania» y señaló que en tal caso, «la paz llegaría inmediatamente sin la necesidad de negociaciones».
El Papa Francisco, que viene de Argentina, no es la primera vez en hacer declaraciones que pueden interpretarse como prorrusas. No es la primera vez que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania convoca al nuncio apostólico en Ucrania, monseñor Visvaldas Kulbokas, a causa de las declaraciones del Papa.